KOVARID-VERONA-LERMA
Regreso a casa con 5.999 kms.
Regreso a casa con 5.999 kms.
Colgar el broche del viaje con la
ciudad de Verona ha sido, a nuestro criterio, una idea muy acertada. Como
decíamos, el tiempo se anunciaba lluvioso y el ir a ver paisajes a la zona de
los Dolomitas hubiera sido complicado.
Todo empieza en Kovarid a las
ocho de la mañana y, como ya nos anunciaban, salimos bajo la lluvia. Seguimos
la carretera más directa hacia Udine, la que atraviesa Cividale d. Friuli y sin
detenernos llegamos a Verona.
Lo primero que buscamos es
alojamiento, pero nos resulta imposible al celebrarse un concierto y una
muestra internacional de marmoleros. Ni siquiera en el albergue juvenil. El
planteamiento cambia y visitamos la ciudad dejando para después buscar
alojamiento.
(AVISO: El aparcamiento en Verona
en zona azul está muy bien porque es simplemente un euro por hora y puedes
sacar el tiempo del ticket que desees.)
Con la guía en la mano
atravesamos el puente de Pietra accediendo a la zona del Duomo. Aquí visitamos la
piazza Broilo llegando al obispado o Palazzo del Vescovado, el Duomo y la
Biblioteca Capitular. Todos ellos por fuera, en el caso del Duomo son 2,50 € la
entrada. La Biblioteca también es visitable.
(AVISO: Lo mismo que en otras
ciudades, Verona ofrece la posibilidad de comprar una tarjeta que por 15 € te
permite visitar todos los monumentos que tienen acceso turístico con entrada.)
Seguimos por la Vía Emirel
pasando por Santa Eufemia, sin visita interior, hacia la V. Díaz y V. Oberdan.
Lo que nos ha llamado mucho la atención en este primer contacto con la ciudad
es la gran cantidad de palacios que delimitan las calles. Parece como si la
ciudad fuera una urbanización privada dentro de un perímetro amurallado y tú
estuvieras visitando las calles interiores. De los palacios cada cual más
grande, más llamativo y más alto.
La llegada a la Plaza Bra es
absolutamente gratificante. Una plaza amplia con un monumento frente a nosotros
tan cargado de historia, el Anfiteatro. A parte la Plaza ofrece las vistas de
varios palacios porticados donde destaca el Palazzo degli Honorij. También
veréis el Palazzo della Guardia, la Academia Filarmónica, el Teatro y el Museo
lapidario Maffeiano. También veréis en la zona de muralla adosada al Palazzo
Municipal la oficina de turismo.
La visita que no perdonamos es la
del Anfiteatro romano, uno de los mayores conservados. La entrada son 6 € y
merece la pena. Por fuera no es el típico monumento que te sobrecoge, pero por
dentro, en el momento que sales al graderío, te traslada al tiempo en el que los
romanos lo usaban para celebrar los diferentes actos. Estamos sentados en
gradas que tienen dos mil años. Si no fuera por el escenario que están
preparando para el concierto de esta noche y que ocupa todo el espacio
reservado para la arena, la imaginación lo tendría muy fácil para sentirte un
espectador más gritando a varios gladiadores cualquier cosa.
Salimos del anfiteatro por el
Listón hacia el Castelvecchio. Es un edificio fortificado que se construye como
residencia y castillo de guardia del puente Scaligero (reconstruido después de
la Guerra).
El castillo, también de ladrillo,
se compone de dos partes separadas por el sendero que lleva al puente; la de la
derecha se alza en torno a la plaza de armas (entrada libre); la otra, que
tiene el torreón sobre el río, comprende el palacio y el patio cortesano y
alberga el Civico Museo d’Arte.
Hechas las fotos de rigor, nos
dirigimos de nuevo hacia el centro pasando por el Arco d. Gavi y visitando la
iglesia de San Lorenzo, la cual nos ha sorprendido muy gratamente. Tampoco
dejamos la oportunidad de ver San Giovanni in Foro.
De nuevo sacamos la cámara para
retratar la Porta Borsari antiguo decumano máximo de la ciudad romana y que hoy
da acceso a la calle homónima y nos hace alcanzar la Piazza d. Erbe. Esta plaza
surge en el antiguo foro romano. En el centro de la plaza, tradicional y
antiguo mercado de hortalizas y fruta, están la comuna del Mercado, la Berlina
o Capitello, la hermosa fuente di Madonna Verona y la columna di San Marco. A
la izquierda de la plaza pueden verse las torres del Gardello o delle Ore y la
casa almenada dei Mercanti. A la derecha
las diferentes casas medievales. Otra plaza imprescindible es la que
aparece tras pasar bajo el arco de la Costilla de Ballena y allí están el
Palazzo del Comune haciendo de este rincón uno de los más visitados. Muy cerca
está el Arche Scaligere, rodeado por una verja se hallan las Urnas Escalígeras,
el más extraordinario conjunto de escultura funerario de estilo gótico (según
nuestra guía).
No podemos dejar Verona sin visitar
la archiconocidísima casa de Julietta. De rincón romántico a lugar de “turismo
a lo loco”, pero lo más sorprendente es que el 90 % de los que estamos allí son
gente muy joven.
De vuelta nos pilla una
chaparrada “salvaje”, menos mal que por coincidencia estábamos a resguardo,
pero entre el aire y el agua ha sido muy llamativo. Para que os hagáis a la
idea el canalón que teníamos delante nuestro al no poder aliviar todo el agua
que le entraba “escupía” a la calle un chorro que alcanzaba con toda seguridad
el metro de longitud.
En el momento de ver que aliviaba
la tormenta hemos salido en busca del coche, en realidad nuestro refugio.